domingo, 23 de octubre de 2016

RETORNO II

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--Qiubole tío ¿cómo está?
--¿bien y tu?
--también bien y ¿qué ha hecho?
--Pues nada, estamos esperando que acabe de sazonar el maíz para empezar a tumbar y además ahorita está la luna tierna. Venía a decirte que fueras con una olla para darte pozole, tu tía hizo mucho.
--Deje voy por la olla.
--Aquí te espero.
--Ahorita vengo.

Se fue corriendo, entró a la cocina y salió con la olla en la mano.

--¡Vamonos!
Llegaron a la casa de don José. Salió firulais a recibir a su amo y a ladrarle al intruso visitante, que no era la primera vez que lo veía pero tenía que hacer su trabajo para desquitar las tortillas que a tardes y mañanas le daban.

--Quitate para allá
¡parece que no lo conoces!, le dijo don José a firulais.

El perro se fue con cara de regañado y se metió en un hueco que había debajo de la pila de leña.
Los hombres siguieron su camino, abrieron la puerta de trancas, cortaron un par de guayabas del viejo árbol que estaba en el patio y entraron a la cocina. Al entrar vieron a doña María, la fiel esposa de don José. La mujer tenía el "comal bañado en lumbre" y lleno de tortillas.

--Buenas tardes tía maría dijo Mauro
--Buenas tardes, ¿Como ha estado?
--Bien ¿y ustedes?
--también bien. Pásate, siéntate. ¿Por qué no trajiste a Trini?, tengo tiempo que no la veo. ¿Ya mero se alivia?.
--Se quedó cociendo unos elotes. ya en estos días se alivia.
--Que bueno y ¿qué quieres que sea?
--Me gustaría que fuera una niña, pero solo Dios sabe.
--¿No quieres una gordita con manteca?.
--Bueno, deme una.
--Mira, tengo una debajo del comal y ya está bien inflada.
Doña María sacó la gordita de entre las brasas y se la dio en la mano a Mauro.
--José, ¡dale la manteca para que le ponga!.

Don josé se levantó y bajó un botecito con manteca del zarzo y lo puso sobre el pretil.

--Aquí esta. y ahí están el chile de molcajete y la sal para que le pongas. dijo don José señalando el otro lado del pretil.
--Gracias tío.
--Por nada.

Se preparó su gordita y se la comió despacio, bien entrado en la plática. Después de un buen rato, se paró y dijo

--Ya me voy porque Trini y el niño me han de estar esperando.
--Dame la olla para echarte el pozole. Se me había olvidado. ¿Les gustan los cueritos?
--Si, si nos gustan, todo nos comemos.
--Aquí tienes.
--Gracias. Bueno ya me voy.
--Me saludas a trini.
--yo le doy sus saludos.
--Que te vaya bien.
--Gracias.
Se dirigió rumbo a la puerta y don José le dijo
--Deja te encamino hasta la puerta del patio para que no te valla a morder el perro. A veces desconoce.

Salieron de la cocina y el perro lanzó unos fuertes ladridos pero como vio que don José también iba se quedó guardó silencio y los acompañó moviendo la cola.

--Bueno tío, ya me voy. Gracias por el pozole.
--Andale, que te valla bien.

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